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miércoles, 4 de abril de 2012

XIII Encuentro Insular de La Aldea de San Nicolás (23, 24 y 25 de marzo de 2012)

El XIII Encuentro de La Aldea de San Nicolás tuvo lugar en la isla de Gran Canaria los días 23, 24 y 25 de marzo, gracias a la organización de la Jurria El Salem, y apoyo y coordinación de la Federación de Salto del Pastor Canario. Es preciso mencionar que dichos encuentros se celebran eventualmente en una isla concreta y su organización depende de un colectivo o jurria y con apoyo de la Federación de Salto del Pastor Canario, cuya finalidad es compartir nuevas rutas y experiencias entre sus miembros y federados, así como la convivencia de los mismos.


Los orígenes del Grupo El Salem Salto del Pastor Canario se remontan al año 1990 cuando un grupo de amigos participan en la Romería de Mogán con una carreta cuyo motivo fue una réplica de la antigua Ermita de San Nicolás, surgiendo así la denominación de “El Salem” como grupo etnográfico para el rescate, mantenimiento y preservación de costumbres y tradiciones. “El Salem” es un topónimo de la zona alta del barrio de Tocodomán, lugar que se caracteriza por cuevas habitadas antiguamente por pastores y utilizadas por los lugareños para pasar la luna de miel.

A continuación, daré a conocer mi experiencia en el encuentro, ¡además de mi primera vez en la isla de Gran Canaria!


Viernes 23 de marzo

El pasado viernes 23 de marzo, rumbo a la isla de Gran Canaria junto a veteranos y conocidos compañeros del Colectivo Tagoror Chiregua me disponía a vivir una aventura. No sabía lo que me deparaba, no sabía adónde me dirigía, pero lo que estaba claro es que llevaba una lanza y eso me tranquilizaba. Nuestra llegada a Agaete fue relativamente rápida, tardamos apenas una hora y media. Al bajar del barco hicimos una pequeña parada por aquellos ciclistas que desearon acceder a La Aldea mediante bicicleta, mientras otro grupo lo hacía en coche. De camino a La Aldea, hicimos una parada obligatoria en un bar, donde no faltó el botellín de cerveza Tropical para charlar, ¡jajaja! Poco después continuamos unas horas en coche; llegamos al albergue La Hoyilla y partimos todos los miembros al local de la Jurria.

Una vez en el local, el recibimiento de los Colectivos Aguere, Tagoror-Chiregua, Taguante, El Salem… fue presidido por el alcalde José Miguel Rodríguez, el Concejal de Deportes y el exalcalde actualmente en la oposición. La presentación del Encuentro corría a cargo de José Antonio Armas, miembro de El Salem y principal organizador del Encuentro.

Sábado 24 de marzo

A primera hora de la mañana, después del desayuno y de cargar las lanzas, la guagua esperaba puntual a las 8:30 hrs. rumbo a los riscos de La Aldea. El día amaneció muy soleado y así permaneció hasta las 15:00 hrs. -hora prevista de finalización de la ruta-. El inicio de la ruta, con la lanza a cuestas comenzó para todos ascendiendo esos montes, un lugar que parecía inaccesible de lejos e imposible de atravesar, pero que sin embargo no resultó tan difícil como preveía.

Puedo describir que a medida que me adentraba en la ruta, más me enganchaba, pues iba practicando a mi ritmo lo aprendido a lo largo del curso. Entre bastoneos, saltos a pies juntos y saltos de banda pude hallarme y sentirme capacitada para continuar, todo gracias al continuo apoyo de los compañeros, a pesar de que hubieron momentos en los que el sol hacía sentir calor en la lanza y quemaba las manos cuando los saltos eran más largos. Sin embargo, observar esas laderas expuestas cuando llegaba la hora de tomar un respiro, mientras continuaba ascendiendo más y más, es indescriptible: la belleza del municipio te deja boquiabierto, realmente es impresionante; te sientes como una hormiga en el risco; el avance y la capacitación que has adquirido la sientes en tu persona y la manifiesta tu rostro porque las emociones te dejan sin palabras.

El terreno es transitable, relativamente estable y con piedras, te daba la posibilidad de hacer virguerías con la lanza y la motivación daba paso a una mayor concentración para perfilar los saltos con mayor precisión. El descenso, fue sencillo, con una menor dificultad, a pesar de que último tramo del terreno era de arenilla. Cuando finalicé la ruta, la sensación de satisfacción y la observación de aquellas montañas, me hacían sentir minúscula pero muy grande al mismo tiempo por el hecho de haber conocido las laderas de esta parte de la isla utilizando una lanza. ¡¡Me sentía grande!!, ¡me bautizaron, jajaja!, ¡me dieron el diploma del curso de Salto del Pastor por anticipado! (¡jajajajajaja!)

Con el cuerpo agotado, todos los ‘compis’ fuimos en dirección al Puertito de La Aldea a por un chapuzón, ¡y qué gustazo sentir el agua cristalina, el sol tostando nuestros cuerpos! Porque a la noche nos esperaba el homenaje a los colectivos, la cena, el vino y la fiesta. ¡Y qué homenaje! La presente señorita que escribe por aquí recogió el galardón en representación del Colectivo Tagoror Chiregua. Durante la cena, entre risas y fiestas las horas transcurrieron y allí nos despedimos pasada la medianoche.

Venir a La Aldea a practicar el Salto del Pastor se trata de una experiencia que vale la pena vivir desde sus entrañas. Desde la convivencia entre jurrias, hasta la esencia que transmiten los saltadores y las saltadoras con sus costumbres, la gente, el pueblo aldeano y nuestro vínculo común la lanza o el garrote además del risco, hacen de La Aldea un municipio especial y entrañable del que sin duda, volveré a atravesar en los próximos años venideros. Espero también, sea con la compañía de ustedes amigos y amigas del curso Tagoror Chiregua, ¡que ya no serán alumnos/as sino saltadores y saltadores titulados!

Un fortísimo abrazo chic@s
Bundi

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