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sábado, 23 de enero de 2016

Camino de las Breñas- Rojas



Hacia un día perfecto, podríamos decir que dentro del calendario no pertenecía a un mes de Enero, sino a una tarde de esas del mes de Septiembre.

En cuanto llegue al colectivo tuve aquella sensación de que iba a ser una buena tarde, reencuentro con Juan, que fue mi monitor cuando hice el curso de salto junto Toñito y con Javi compañero en aquel entonces,  ya convertido en todo un  profe, junto a nuevos compañeros.
Comenzamos a sacar las lanzas, emprendimos rumbo a La Matanza, nuestra ruta era el Camino de las Breñas.

Lanza al hombro comenzamos a bajar, este camino que ya había hecho en otras ocasiones, pero gracias a la naturaleza que es muy cambiante siempre nos ofrece imágenes diferentes de un mismo sendero.
Una vez en el risco cuando comienzo a hacer mi primer salto (se apodera de mi el miedito, que  no es otro que el de no haber saltado después de mucho tiempo). Pero poco a poco y con Javi a mi lado fui cogiendo confianza y es entonces cuando comencé a disfrutar y a recordar sensaciones.

Llegamos a la zona de la costa donde estuvimos practicando saltos de lado a lado, saltos a pies juntos entre otros, acompañados de un atardecer increíble.




 Comenzamos a subir  ese camino que siempre se hace interminable.
Una vez recogidas las lanzas, ya  en los coches vamos camino  del Rincón  y como no, Cervecita y tapita de ensaladilla en el Bar San Diego para terminar la ruta  con buena compañía y animada conversación.

Doy  las gracias por poder compartir esta ruta con mis compañeros de camino: Tomás, (junto a su perro que también vino con nosotros), Mirko, Iván, Carsten, Marcos, Juan y Javi,   me quedo con ganas de poder seguir disfrutando de muchas mas rutas.


Nos vemos en el Risco, hasta muy prontito.
Yolanda

jueves, 21 de enero de 2016

Lanza en mano y rumbo al risco de Vista Paraíso. 9 de enero


Lanza en mano y rumbo al risco de Vista Paraíso. Vamos: Marcos, Maria José, Javi y el que hoy escribe, Raúl.
Tras parlotear felizmente por la carretera llegamos a la base del monte, 15 minutos de apreta-los-machos onduleando por el camino hasta la cima.


Una vez arriba tenemos que encontrar el paso que nos permite pasar al techado por el que comienza la bajada. En este punto vemos como parte de las podas arrojadas por la mansión han hecho crecer vegetación exótica desmesurada. Sugerimos a los dueños que llamen al servicio de recogida de rastrojos. Es importante para mantener la flora autóctona.
Comienza la bajada! primeros bastoneos que calientan las manos y afinan los sentidos. Javi nos guía con soltura por el medio de los dos abismos, ya que de acercarnos a los laterales se corre el riesgo de derrumbe.

El bastoneo se presenta sencillo y disfrutón, pero tal y como me recordó María José, no hay que relajarse y procurar afianzar bien la lanza en cada pinchada, una mala colocación en un buen risco puede llegar a ser fatal!
Decidimos tirar hacia la izquierda, hacia el depósito de agua. Según me cuentan antes se podía ir por las fincas pero ahora han cerrado el paso y resulta inaccesible. Comentamos lo transparente que está el agua del depósito y lo apetecible que se ve para un día veraniego Emoticón smile

Terminamos el descenso y volvemos al camino. Las vistas han sido privilegiadas: mar, olas, pueblos, monte. Y que decir del placer de moverse por la Naturaleza en tan buena compañía… vida sencilla para todos!
Ya en la carretera vemos que no hay mucha luz para más brincos, así que sabiamente decidimos ir al bar a tomar la famosa caña con tapa a 1,5€, y ole por esa ensaladilla. Próxima salida, el sábado en Masca. Tiembla rabo de gato!

Ha sido una tarde estupenda, muchas gracias al Tagoror Chiregua por abrirme las puertas. Viva la cultura canaria!

Os saluda, el saltador de La Pedriza,
Raúl


Lección I: siempre asegurar la pinchada.
Lección II: tengo que aligerar mi lanza.
Lección III: cuerpo al palo y a marcar la ropa!