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martes, 30 de enero de 2018

DE LAS HUERTAS AL RISCO




Desde el primer día que empezó el curso de salto del pastor en el tagoror chiregua nos pusieron la lanza en las manos a los alumnos, cosa que ninguno esperaba, pero para mi fue una plena satisfacción ya que llevaba bastante tiempo queriendo aprender a realizar esta actividad ancestral única en el mundo y que solo se practica en estas magníficas islas.





Tras varias semanas practicando en los bancales de huertas cercanas al centro del tagoror, aprendiendo todo lo indispensable como bastoneo, salto a pies juntos, salto de banda.....por fin salimos al risco y ponemos en práctica todo lo aprendido, y sí, me gusto más de lo que imaginaba, tras varias salidas por los ricos de la zona tocó desplazarnos hasta la zona de rojas, ir en línea recta desde lo alto de un mirador hasta la misma orilla del mar saltando y bastoneando riscos como hacían los guanches para mi fue increíble,eso si,luego tocó subir con la lanza al hombro💪💪




Gracias a los profesores del tagoror chiregua por enseñarme este antiguo y bellísimo método de desplazamiento por lugares que nunca hubiera pensado estar, y un saludo a todos los alumnos de este año que son una gente estupenda.




Animo a todo aquel que tenga curiosidad en el salto o que busque una actividad al aire libre en plena naturaleza en animarse a practicarlo porque seguro le gustará, nos vemos en el risco!!!!


Miguel Reyes

sábado, 27 de enero de 2018

LA LADERA




Hola brincadores, este nombre de la Ladera trae para mi, muy buenos recuerdos de mi niñez, pues nací y me crié en ella, ahora que vuelvo a divertirme en ella, se me engrandece el espíritu y el animo al brincar por estos riscos y más al ver esta nueva generación de saltadores empezando a salir al risco y afrontando el reto con valentía y ganas de aprender, aunque a algún@s se les ponga cara de susto al ver por donde los quieren hacer bajar los monitores, salud brincadores, AJUL ( algo así como, sé fuerte, sé valiente, cuida tu raza y a tu gente )



Manolo

jueves, 25 de enero de 2018

DE REGRESO AL RISCO





Hola, como a todos, esta semana me ha tocado a mi escribir algo del curso, así que aquí va. Después de una semana ( por causa de la alerta por tormenta) sin tener curso, nos reunimos otra vez para seguir la practica del salto del pastor. Toca el saludo a nuestros compañeros y el reparto de las lanzas, pero los profes nos dieron una sorpresa, hoy nos íbamos a un lugar diferente. Así que cargamos las lanzas en el coche y carretera hasta la Romántica (Los Realejos) cerca del mar, un lugar muy bonito, con muchas huertas abandonadas, perfecto para la practica del salto.





No se los demás, pero yo me encontré algo nerviosa y patosa después de tantos días sin tocar la lanza, pero en cuanto empecé a dar los primeros saltos (pequeños al principio), me di cuenta que iba ganando en seguridad y de que no se me había olvidado lo poco que ya había aprendido. Bajamos por las paredes de los bancales de distintas alturas hasta que llegamos junto al mar, la verdad que el paisaje y el lugar es muy bonito, no solo aprendemos una técnica de nuestros antepasados sino, también vamos a lugares que de otra manera ni pasaríamos por ellos.






Creo que como todos, acabe cansada, pero muy satisfecha de ver que aunque hacia tiempo que no practicaba, ya tenia asimilado lo que nuestros profesores nos han enseñado. Así que gracias por un sábado tan bonito y productivo, tanto a mis compañeros como a nuestros profesores por su paciencia y por la labor a hacen. Sin mas, con un cariñoso saludo y esperando vernos la próxima semana.


Yayi Martín

martes, 23 de enero de 2018

LA ILUSIÓN DE UN BAIFO









¡¡¿¿Pero a dónde van??¡¡ Y bajan así por el barranco??¡¡ Mira¡¡ ya han llegado¡¡ Increíble¡¡






Muchas emociones sentí la primera vez que vi a un grupo de amigos bajando con sus lanzas por aquel barranco, y ahora, tantos años después, aquí estoy, aprendiendo en el salto del pastor.





Quién dijo fácil, claro que no lo es, pero vamos a intentarlo, aprovechando al máximo las explicaciones de maestros y compañeros, quienes hacen que confiemos más en nosotros mismos, en cada paso, cada salto, en la búsqueda de soluciones, de otras posibles alternativas, y cómo no, de confiar en la lanza, hacerla como parte de nuestro cuerpo, pues en ella está la clave que nos hará mejorar en esta técnica tan singular y propia de nuestra tierra, y de la que tengo la esperanza que algún día pueda llegar a perfeccionar.




No tengo más que palabras de agradecimiento a todos por su buen hacer y que tanta paciencia están dispuestos a dar para que otros baifos podamos aprender a saltar como un pastor.


Carmen Reyes