Ya son más de seis años revisando este maravilloso recorrido, el camino del Canal del Agujero. Al principio parecía algo inabarcable, un trabajo infinito con dudosa recompensa. Ahora el esfuerzo necesario para tenerlo controlado de la invasión del rabo de gato es escaso, casi como un paseo que realizamos cada cuatro meses para empaparnos de la magia de estos riscos.
De esta forma, tal y como se movía los primeros habitantes de estas tierras, se desplazan con sus lanzas por la escarpada orografía, llegando a lugares donde sólo ellas y ellos pueden acceder, escudriñando cada rincón buscando las nuevas plántulas de rabogato y arrancándolas.
Así, una técnica ancestral para desplazarse por los ricos –el salto del pastor- y una nueva forma de pensar y actuar -el control de las especies exóticas invasoras- encuentran una simbiosis perfecta.
Desde Abeque sólo podemos mostrar nuestra enorme admiración y respeto tanto por su entrega para conservar nuestras tradiciones como por la inestimable colaboración en el control del rabo de gato en el macizo de Teno.
Todo un lujo compartir camino, trabajo, sudor, risas e ilusiones con el Tagoror Chiregua.
Gracias!
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